Asombrosa la vitalidad de este sapo, al que las zonas pantanosas le vienen grandes, y al que acompañan dos maravillosos secundarios como el caiman con alma de Louis Armstrong y la niña de papa malcriada pero un huracan en su interpretacion dibujada que pasara a los anales de la animacion.
El mejor dibujo de Disney, sin ordenadores, sin 3D's, sin inventos superfluos, vuelve con este largometraje que con mas muñeca y pulso y color, podria paritr perfectamente de Dumbo o Bambi. Trazo genuino, artesania potente, clasicismo en los movimientos, estallidos solo de colores, humor y amor sano entre sus personajes sin niñerias y una musica de jazz negro inolvidable tipo new orleans.
John Musker y Ron Clements han rescatado 40 años despues o mas, la pura esencia de la factoria Disney, la que triunfo y la que ha caido derrotada en luchas fraticidas con otras compañias que entienden de otra manera el dibujo o lo que sea, animado.
Este sapo es el caballero San Jorge. Renace, impresionante, de luchas contra dragones con gafas, contra la locura de imagenes repetidas con sintetizador, contra naves estudios sin corazon y mucho menos alma. Que bueno que regresaste buen cine de animacion.
jueves, 11 de febrero de 2010
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