Para Bertrand Bonello en su quinto film, (De la guerra, Tiresia), una casa de tolerancia es un mundo donde puede construir un subyugante universo de mujeres, clientes, músicas e imagenes que pautan el estado de animo del film en cada momento. Un ballet de cuerpos desnudos destrozado por las multipantallas y un solo exterior para retratar con luz de día una época social apunto de cambiar. Hedonismo y violencia que solo se podían encontrar en un lujoso y lujurioso burdel de París. Placer roto por la salvaje agresión a una de las prostitutas que marcara el paso de siglo al XX y también el fin de la inocencia del sexo comercial y de la decadencia del romanticismo A través de Hafsia Herzi, Celine Sallette, Noemie Lvovsky o Jasmine Trinca, contemplamos su higiene intima con jabón, el olor de sus cremas y perfumes, comidas sensuales y vestidos y las relaciones laborales con los clientes en la intimidad de la habitación o en el café, copa y puro. Y los siempre fantasiosos caprichos, como bañarse en champán, disfrazarse y alguna cosa peor y mas cruel. Otro esplendido drama francés.
viernes, 24 de agosto de 2012
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