Cine de improvisación a partir de unas clases que daba Michel Gondry en el Bronx. La acción minimalista trasncurre en el interior de un autobus donde coinciden un grupo de jóvenes de Nueva york que han terminado el curso. Rodada en 2012, es la oportunidad del director francés de hacer una inmersión en la cultura indie del cine norteamericano.Es el último día en un instituto del Bronx. Con el final de las clases, sus estudiantes se amontonan en la parada del bus que les lleva de vuelta a casa. En ese último viaje, los jóvenes (tanto abusones como víctimas) charlan sobre sus planes de futuro e inquietudes ante la nueva etapa que se abre ante ellos. A medida que se vacía el autobús, las conversaciones superficiales evolucionan y se vuelven más próximas y personales, incluso entre aquellos alumnos que no tienen nada en común. Gondry (¡Olvídate de mí!) aplica su particular visión a este relato sobre el paso de la adolescencia a la edad adulta. Con el viaje de vuelta del último día de instituto de unos estudiantes, Gondry compone una historia (de la que también firma el guión) que presta especial atención a la forma en que los individuos, en este caso adolescentes, pierden su personalidad cuando se comportan en un contexto de grupo. Mientras van pasando las paradas y los grupos se vuelven más reducidos, Gondry nos invita a ver, en este retrato urbano del Bronx, cómo las dinámicas de grupo cambian de charlas frívolas a conversaciones más profundas e íntimas. Para dar el mayor realismo, el realizador da el protagonismo a auténticos jóvenes de este barrio de Nueva York, como Michael Brodie o Teresa Lyn, que comentan sus propios problemas e impregnan la cinta de un aire prácticamente documental.
miércoles, 8 de julio de 2015
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