Sabíamos de la falta de ideas de la industria cinematográfica de Hollywod.Pero el film de Alan Taylor viene a confirmar que es grave de verdad. La aparatosidad,el ruido y la luminotecnia sustituyen las escenas de accion con protagonista vestido de cuero negro mientras copia, ellos diria remaka, los mejores momentos de sus antecesores terminators. Sin argumento o casi, con diálogos inútiles y con un terminator que parece querer acabar con su carrera, basada desde siempre en la dentadura y ahora mismo en el gag. Arnold Schwarzenegger se agarra como puede a las referencias anteriores desde 1984 y procura deformar el parecido ed las escenas para seguir recordado. Como T-800 deberá enfrentarse a un potente y maquina T-1000. T-800 con gafas de sol y metal que deberá salvar ala madre del futuro defensor de la humanidad. Abren la narracion a la terminatora que acaba llevándose la función como única razón de su existir. Mas mercenario que geriatrico, mas reboot que secuela, mas cara que las anteriores,mas violencia gratuita que intensa y mas inútil que original, mas cuadrilátero que maraton llevan a nuestro terminator de 67 años, gobernador ejecutor en sus momento quedarse sin pilas en su marca pasos biológico. Habrá que sentarse con Emili Clarke, Jai Courtney y Jason Clarke a revisar la génesis de la filmografia de este "actor" que ha sido y no fue.
miércoles, 15 de julio de 2015
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