Se estrena de forma muy limitada ‘Bloodsucking Bastards’, una de esas películas que utilizan una fórmula muy de moda en los últimos años: mezclar el humor con el terror de serie B. Esto resuelve el bajo presupuesto con que cuenta. El problema viene cuando se cae en el exceso de humor por la necesidad de alargar minutos y se carece de recursos narrativos.
E lprotagonista del film, es un empleado modélico que trabaja en una oficina dedicada a las ventas telefónicas. Los ingresos de la empresa van mal y el dueño convoca a todos para una reunión donde anunciará cambios para revertir la situación. Esta idea entusiasma a Evan, que está convencido de que le nombrarán nuevo jefe de ventas. Sin embargo, su entusiasmo sufre un revés cuando ve que han contratado a Max, un antiguo compañero de universidad que le hacía la vida imposible y que llega con una “interesante” propuesta para funcionar. Tras su llegada, empiezan a sucederse desapariciones y cambios de comportamiento repentinos en los empleados muy sospechosos. Evan, investigando, descubre que Max es en realidad un vampiro y que su plan consiste en convertir a los empleados en vampiros como él, ya que así serán mucho más productivos que los humanos. Todas las imágenes son dentro de la oficina, no hay ni un solo plano exterior. Los personajes son el trabajador, el vago, el pelota, el pardillo y el jefe chupasangre. De hecho, son el plato fuerte del filme. Film dirigido por Brian James O’Connell con guion de Ryan Mitts e interpretada por Fran Kranz, Pedro Pascal, Emma Fitzpatrick, Joel Murray, Yvette Yates, Joey Kern, Patricia Rae, Parvesh Cheena, Zabeth Russell, Neil W. Garguilo, durante 86 min.
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