El cuento debe ser corto. Y tres cuentos no dan una película. Incluido el esfuerzo logrado de Matteo Garrone (BAFTA por Gomorra), para conjuntar tres historias no verdaderas. Esto viniendo del visionado del Sr. Expósito, magnifico corto ganador del Julius 2015 de Vic, de David Conill, tiene especial relevancia. Para tocar el terror, no hace falta luchar contra criaturas submarinas, aunque la producción sea imaginativa, ni hacer crecer una pulga, ni que sangren los arboles, ni grutas con ogros. Todo un mundo de fantasía medieval pero sin chispa. A todo le falta un hervor. Como a la bestialidad que convive con el sueño mas dulce. La reina Longrellis es Salma Hayek, celosa morir con sus hijos, el rey Stromgeliff es Vincent Cassel, locamente enamorado de dos hermanas nada definidas y finalmente el rey Highhills, Toby Jones, enloquecido este por la pulga gigante. Sirven las historias para valorar cuanto puede ser de friki una persona, aquí un director de cine. Fabulas no del zorro y otro animal, sino de tres reinos de la Italia del siglo XVII, recogidas por Gianbattista Basile, del que solo recuerdas su textura con la fotografía de Rachel Morrison. Los clásicos a partir de Disney han cambiado sus interpretaciones. La princesa es el objeto del deseo sexual del príncipe, con sus cargas de erotismo y un lobo es el rechazo a la adolescencia. Miedo, poco, horror, asco y mercado cinematográfico que parece hay para todos. Se añade para ello a John C. Reilly(Langosta).
domingo, 13 de diciembre de 2015
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