No es facil acercarse al problema colonial español y menos como pretende Fernando Gonzalez Molina a traves de una historia de amor también del pasado contado por alguien que supo pero no. Esto hace que el guion este mas deshubicado que las palmeras, que los diálogos sean de arena para los esquíes cursis de unos actores que no emocionan ni con los trucos televisivos que conocen perfectamente. Con un vació censurable de datos históricos, sin valoración política alguna , con olvido social, parece filmada por el ministros de exteriores de un partido ultraconservador. Si África era eso, el filme se vuelve como un boomerang y un montón de cocos contra la producción alienante y alienadora del publico traído y mal llevado y la inutilidad de la obra es de penalizacion moral. Atrapados entre la memoria de África pero poca y la paciencia inglesa, mucha, quedan para el olvido misericordioso Mario Casas, Adriana Ugarte, Macarena Garcia, Berta Vazquez y el insigne Emilio Gutierrez Caba, nada menos que durante3 horas, como si la película fuera de Griffith. Este al menos se habría leído dos veces la novela original de Luz Gabas. La ambientacion magnifica y carisima, esa si, nos lleva de Huesca a Bioko, antes Fernando Poo en la Guinea Ecuatorial.
jueves, 31 de diciembre de 2015
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