Joy

David O. Russell es un buen director americano. Lento quizá al plantear el tema, pero interesantes ya los datos que lo configuraran al final (Tres reyes, The fighter, La gran estafa americana). Entre la tragedia y la comedia se acerca al eterno sueño americano con unos personajes extraños pero bien compuestos como si de un cuento infantil se tratara. Destaca la heroína que lo es Joy, Aquí Jennifer Lawrence en su tercer trabajo con el director, uno oscarizado se pone a la espalda el film y con sus gafas de sol desafía al mundo y a sus compañeros de reparto que interpretándose así mismos alcanzan interesante cotas de calidad y son Robert de Niro, padre, la madre televidente adicta, Virginia Madsen, Isabella Rossellini, la viuda, Diana Ladd, la abuela y el televentas Bradley Cooper. Si miramos la parte positiva de las cosas del film, la protagonista anima a los emprendedores a realizar sus sueños. Ella misma es emprendedora y inventa un collar para perros diferente. Aunque sumida en su vida caótica, laboral y familiar, todavía tiene tiempo de inventar un nuevo tipo de fregona que puede solucionarle el pago de la hipoteca. La carrera prospera de una actriz cenicienta que alcanza 124 minutos de gloria de nuevo.