Diremos una vez mas que Nanni Moretti es el Allen italiano. Todos los temas que enfoca nos llegan amenos, sin grandes aspavientos, con sencillez aunque sean tan profundos como la soledad o la brevedad de la vida. Siempre amargo como en La habitación del hijo (2001), no renuncia a paliarnos el dolor que produce una perdida de un ser querido, con alguna que otra sonrisa, a veces gruesa para compensar y la complicidad emocional. Comparte interpretación con Margherita Buy, mujer en lucha permanente consigo misma (50 años, divorciada e insatisfecha) y que nos había cautivado en Habemus Papam. Durante el montaje de este film sobre el Vaticano falleció de enfermedad la madre de Moretti. Una mujer maravillosa, profesora desde siempre y que hasta el ultimo momento quiere dar clases de latín a su nieta. Luego el guión que nos ocupa contiene multitud de datos autobiográficos. Aquí dos hermanos frente a una fase terminal materna, el masculino la atiende mas porque la hermana esta inmersa en un rodaje complicado de su nueva película. Completa el barullo la llegada de un actor italo-americano imprevisible y que no puede ser otro que John Turturro. Completa este cuadrilátero en el que la cuerdas obligan a enfrentar se a los sentimientos, Giulia Lazzarini.
martes, 26 de enero de 2016
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario