miércoles, 28 de septiembre de 2016

Florence Foster Jenkins

Ya habian amenazado los americanos con hacer su biopic mas real que  la reciente version francesa Madame Marguerite, mas sensible, estetica y delicada. Conocida pues la historia de esta soprano que no llego a ser, los americanos, mas practicos, ponen a una gran Meryl Steeep en el disparadero y pese a ello la clava. Una mujer todo coraje que luchara por cantar opera que es su sueño, pero tambien dice el filme que con dinero se puede cantar todo menos bien. Dinero que tampoco le sirvio para manener una buen relacion con criticos y otros artistas. El bueno de Stephen Frears se aplica en la ambientacion operistica neoyorkina y nos aligera, espuma y da elegancia a lo que podria haber sido un pesado elemento de hormigon. Mas superficial que su version francesa, en 1944, Florence Foster Jenkins es una figura destacada de la sociedad neoyorkina y mecenas de la música. Apoyada por su marido, St Clair Blayfield, Florence toma clases de canto lírico y actúa ante un público entregado. Pero a pesar de considerarse un portento vocal, la acaudalada mujer apenas sabe cantar, y su público es elegido por su esposo entre amigos que alaban su entusiasmo. Cuando Florence pretenda dar un concierto público en el Carnegie Hall, la burbuja en la que vive correrá peligro. El dos veces nominado al Oscar Stephen Frears (Philomena) compone una historia conmovedora sobre el amor y la música que ahonda en la dualidad entre el concepto que Madame Florence tenía de sus habilidades artísticas (al que ayudaron las gestiones de su marido y manager, y un público fascinado por su pasión y entrega que acudía a los conciertos para comprobar si las críticas demoledoras que recibía eran justificadas) y la realidad. La ganadora del Oscar Meryl Streep (Sufragistas) se convierte en esta peculiar soprano, mientras que Hugh Grant (Operación U.N.C.L.E.), como su marido, y Simon Helberg (The Big Bang Theory), en el papel de su pianista, interpretan a sus dos fieles escuderos.

No hay comentarios: