¿Por que tardamos tanto en algunas ocasiones a enfrentarnos al comentario de una película? Pues para no sobre valorarla, para no meter la pata, para no decir cosas de ella que no corresponden, para haberla meditado en frió si esa es la sensación que nos ha dejado. Julie Delphy es una buena actriz. Ha trabajado con notables directores, Godard, Kieslowsky, Carax, Jarmush o el mismo Rudolph, sin olvidar los amaneceres y atardeceres de Linklater. De sus paseos entre Viena y París, escogió estos para ofrecernos su cuarta película, -esta rodando ya "The countess". Antes, no estreno entre nosotros "Blah, blah, blah", Looking for Jimmy"ni "J'ai peur, j'ai mal, je meurs".
Y nos transporta su personaje a un París natal, que revisita desde Nueva York, con su novio, un pesado contrapunto llamado Adam Goldberg y que se carga definitivamente la película con su incontenible verborrea. Delphy ha intentado plasmar en un film de minorías las costumbres de dos sociedades, de dos maneras de entender la pareja y excepcionalmente lo superfluo. El film no consigue de todas maneras explicar porque les gusta tanto a los americanos, París.
Hay quien dice que es porque los primeros que lo visitaron, comieron bien por primera vez y nunca lo podrán olvidar. Es como cuando se descubrió el fuego.
sábado, 18 de agosto de 2007
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