El gigante dormido, el peligro amarillo,... agradecemos desde aquí a Jia Zhang ke, esa mirada digital sobre la China actual a cuyos habitantes, costumbres y educación aparte, los sentimientos les funcionan igual que a nosotros. Tanto si quiere realizar un viaje cultural, yo no hablaría de una China turística, como si quiere participar en los juegos olímpicos de Pekin, admire la belleza de ese par de historias mínimas de amor que apenas se cruzan, pero donde se reflejan los ríos humanos que las circundan por las calles, montes y altiplanicies. Un hombre busca a su familia para volver y una mujer busca a su marido para decirle que se va. En ambas las tragedias cotidianas del corazón, la miseria de las pasiones, la libertad de mejorar o pensárselo y el consiguiente desgaste personal y sufrimiento, por mucho tai -chi o meditación budista que se eche al problemon.
Película filosófica sobre el presente y el futuro, las naturalezas muertas, como el edificio derribado y las continuas reconstrucciones de la propia persona que puede que nos remita a unas vivencias o puede que no, por aquello del color y de la dificultad que todavía tenemos de identificarnos con otro humanos (Tao Zhao o Sanming Han por ejemplo) por su distinción de rasgos y culturas.
martes, 28 de agosto de 2007
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