Además del de Varsovia, Pere Portabella ha tendido otro puente entre su filmografia y nosotros en Venecia. "El silencio antes de Bach" es un film nada al uso y lejos del biopic, en algunos momentos costumbrista, donde nos expone el sacrifico tan grande de un trabajador de la música, antes de ser considerado, decenios después, un artista. Esto y joven "todavia" es lo que es Portabella, pronto en el MOMA también decenios después, que junto a Guerin, Erice y quizás Medem configuran el cuarteto magico del cine español.
Pero es viernes y la actualidad también manda, aunque no mucho en este blog. Nos visita la cuarta entrega de "La jungla de Willis", después de haber loado por exclusión el mito Bourne. Frente a este, "La jungla"4 ha perdido velocidad y frescura, abusa de los efectos especiales y nos enternece que el abuelo Bruce caiga, todo y su dureza de un quinto piso (lejos el quinto elemento) o se pasee como por su jardín en el alerón de un reactor. McCleane y su director Len Wiseman, han olvidado que su jungla era de cristal, después se quemó y ahora es de papel, o sea cenizas. Que triste y sola se queda Venecia...
viernes, 7 de septiembre de 2007
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