Y de repente aparece una propuesta magnifica en el Festival de San Sebastian 55 edición. Homenajes a trayectorias aparte, se dará a conocer una colección de cortos y documentales bajo la adscripción de "Cine para ser la voz de quienes callan, mas es menos, contra la violencia sobre las mujeres; educación. "
Brillante iniciativa que puede abrir un camino en escuelas y colegios para atacar un virus que infecta desde la mas tierna infancia. Imposible ya paliar un cifra de victimas que en la que va año, supera el numero de edición del prestigioso festival. Si ese numero fuera de victimas del terrorismo el mogollón seria de aupa y ni sabríamos donde estaríamos.
En el terreno de los perdedores y las victimas colocaríamos la segunda película colombiana de Rodrigo Triana (Pasión de Gavilanes), que merece la pena que no pase desapercibida. A través del hallazgo de un botín, miembros de las FARC sueñan en realizar sus sueños mas vulgares a pesar de la amoralidad de la milicia. Superada la jerga y el soniquete nos queda una historia ejemplar que hace pensar además de en Veronica Orozco, que existe un cine posible mas allá del sueño norteamericano.
martes, 18 de septiembre de 2007
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