Reducida versión remake de Kenneth Branagh de "La huella" de Mankiewicz, 88 minutos. Pero es que el agiornamiento esta a la par con los tiempos que corren, Así perdemos en el camino la vieja y majestuosa mansion donde se desarrolla la obra teatral y se convierte en un edificio posterior incluso a la modernidad. Perdimos en su momento a Laurence Oliver a quien sustituye Michael Caine, que a su vez es sustituido por un ecléctico Jude Law. Ambos luchan en otro duelo interpretativo sin parangón, el texto lo permite, contra un director proviniente del teatro, y al que todas sus obras practicamente se han tildado de teatreras: Hamlet, Henry V, Trabajos de amor perdido, La verdadera historia de Frankenstein con toda lógica , para ser menos teatro filmado, Mucho ruido y pocas nueces y Los amigos de Peter, en cuyas mansiones habríamos habitado cómodamente con esta huella.
La excelsa obra de Anthony Shafer la ha pasado el no menos insigne Harold Pinter por el tamiz del juego entre dos hombres de exquisito verbo que van intercambiando sus posiciones de vencedor y vencido con velados toques homosexuales, ausentes en el original. Un juego teatral que hará imprescindible para el buen aficionado recuperar el modelo. Que el ejercicio de Branagh sirva para algo, porque huella, huella, no dejara.
domingo, 14 de octubre de 2007
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