Dirigida por Jennifer Flackett y Mark Levin en base al relato de la escritora Wendy Orr, La isla de Nim cuenta con la interpretación de Gerald Butler, Jodie Foster y Abigail Breslin, a quien la mayoría recordará por su interpretación en Pequeña Miss Sunshine.La película narra las aventuras de Nim y su padre, Jack, los únicos habitantes de una apartada y exótica isla del pacífico sur. Aunque no acude a ningún colegio, Nim ayuda a su padre a realizar diariamente anotaciones científicas, se ocupa de cuidar el huerto y de que el panel solar alimente su ordenador, a través del cual Jack se comunica con el mundo. Un buen día, y tras la repentina desaparición de su padre, Nim entrará en contacto con una famosa escritora de novelas de aventura, que decidirá superar sus miedos e ir en ayuda de la joven.
Saturados como estamos desde hace ya algunos años de inacabables sagas fantásticas enfocadas al público más infantil, La isla de Nim se nos presenta como un suspuesto soplo de aire fresco bajo la forma de película de aventuras en clave familiar que retoma diversos elementos y recursos eminentemente clásicos, con Robinson Crusoe. De este modo, Jennifer Flackett y Mark Levin firman una historia atractiva en líneas generales, si bien la edulcoración excesiva y el abuso de elementos infantiles prescindibles acaban haciendo mella en un producto que comienza aparentando ser una versión comercial para terminar convirtiéndose en una suerte de Solo en casa isleño.
La isla de Nim se divide en tres historias paralelas, cada una de las cuales sigue su propio camino hasta llegar a un destino común, focalizando cada cual diferentes rasgos y moralinas: de este modo, Abigail Breslin se erige como principal protagonista del grueso del relato, oscilando entre el género infantil más pueril y el género de aventuras, mientras que que una agorafóbica e hipocondríaca Jodie Foster es la encargada de protagonizar la bis más cómica de la película, quedando relegado Gerald Butler a un doble papel de aventurero algo difuso. Así pues, mensajes como la autosuperación, el poder de la imaginación, la madurez o la familia impregnan todo el metraje de La isla de Nim, algunos de ellos con más acierto que otros, colapsando finalmente una película que pretende abarcar demasiados estilos, y que resulta cada vez más cargante a medida que el tiempo avanza y los diferentes elementos se solapan. El descubrimiento de la heroicidad interior se convierte como principal baluarte de una cinta que entretetiene pero que se olvida con facilidad, debido tanto a la ya citada saturación de elementos como a la obviedad de una historia y unos diálogos que convierten a Gerald Butler y Jodie Foster en dos meros anzuelos comerciales carentes de fuerza interpretativa.
viernes, 5 de septiembre de 2008
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