Dennis Dugan tiene licencia para todo después de Escapate como puedas y un papa genial. Ahora a traves otra vez de Adam Sandler busca el equilibrio entre la denuncia, la burla a ambos lados de la franja de Gaza. Mostrar al mismo tiempo mediante un peluquero afectado, simpatía por ambos bandos es de gran atrevimiento. Simplificar un conflicto tanto religioso, etnico, personal y político no era fácil y era arriesgado. Sin ofrecer además ninguna solución o propuesta diplomatica, avanza la tesis de árabes y judíos han aprendido a convivir juntos en Nueva York.
Sandler, miembro del Mossad, viaja a NY con el firme propósito de convertirse en estilista de peluquería. Consigue aprender en Brooklin, donde se saca absolutamente de contexto la crisis interminable del Próximo Oriente, entrenado por una bella palestina. Sandler tapa con sus propias gracias los errores narrativos, algunos de brocha gorda.
Adam Sandler se autoparodia con gracia indiscutible y se trabaja tan duramente sus gags que merece que el film dirigido por Dugan sea de momento lo que el viento se llevo de la baqueteada franja manchada de sangre e injusticia internacional.
jueves, 4 de septiembre de 2008
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