Para empezar diciendo algo, citare el nuevo intento fallido de ascenso al estrellato maduro de Daniel Ratcliffe, (Igor), en este film parodia de fiesta de fuego artificiales y que en 109 minutos no decide Paul McGuigan que nos va a contar. Igor es quien nos pretende explicar la vida de Frankesntein que busca la eternidad. El famoso hombre reconstruido, tiene aquí mas problemas de los habituales. No son solo físicos, ya conocidos por el cirujano montaje, sino que además arrastra fantasmas familiares, es humillado por su padre, es vulnerable como monstruo y esta obsesionado por los secretos de la existencia. La novela de Mary Shelley, tocada otra vez con distinta música solo se podrá recordar por su estética punk y las ingentes cantidades de humo que tapan todo lo que se sabe explicar. Tocar mal los mitos (que grande es Mel Brooks) es peligroso y arriesgado. Tan complejo como proponer este Igor infantil y contrahecho, James Mcavoy melancólico, Jessica Brown Findlay contemplativa,y Mark Gatts disfrazado. Lo mejor es que Frankenstein y su espíritu indomable de la colmena resiste entre los clásicos al cumplir sus 87 años. Por ello quizá el dr. Frankenstein sigue mas enloquecido todavía porque su ayudante a base de anfetaminas, no es que ayude mucho en esta su 76 version.
jueves, 21 de abril de 2016
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