El film ataca de los nervios. Es la tension llevada a sus ultimos extremos. Violencia extrema aderezada con un humor tan negro que se ve. Y no se y o si es esto lo que necesesitamos en este momento, aunque esta claro que es la tendencia que se dice. Pasion en una película de supervivencia donde se puede apreciar lo peligroso que es ser costilla, estomago o garganta, que pueden perecer de la forma mas bestia nunca imaginada. De ahi a decir que Jeremy Saulier (Blue ruin), sera el proximo Peckinpah hay un abismo, aunque para algunos lo hay. En esta linea todo puede suceder, nada es creible, la justicia y la misericordia han desaparecido del mundo, nadie esta a salvo y no existe ni un minuto para respirar o un final feliz. Punks, moteros y los trumps luchan por la hegemonia en la calle, en un proceso de expresion cinematografica que si quieres puedes filosofar que bebe tanto de Shakespeare como de Coppola. Segun como se lo tome el espectador puede retorcerse en su butaca y vomitar. Y aun mil proyectos como este, porque se pueden sustituir, nazis por zombies, draculas por fantasmas, los rockers por los hippies y estudiar todas las combinaciones hasta el infinito con salvajadas de a ver quien la hace mas gorda. Sin duda merecia ganar Sitges y todos los festivales del genero y hundirse con todos ellos en su infinita espiral de violencia esteril que llevan a cabo unos entes que no podriamos adjetivar precisamente de sutiles. Los "interpretan" Anton Yelchi, Alia Shawkat, Patrick Stewart, Imogen Pots, y Callum Turner.
domingo, 12 de junio de 2016
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