El mismo actor, Mathieu Amalric, (Je me suis dispute...une vie sexuelle), esta recuperado 20 años despué,s por el interesante director francés Arnaud Desplechin, quien con Quentin Dolamaire recuerda tres etapas de su juventud con dolor, tristeza pero también felicidad. Las etapas que puede se las da a su actor fetiche, a su alter ego tipo Jean Pierre Leaud. Suena a autobiográfico en parte, imagenes cargadas de poesía y una conexion precisa con el cine francés de la nouvelle vague. Como indica le titulo son tres capítulos de una vida narrada en forma de cartas, fundidos cuando le apetecen, un cambio y cierro cinematográfico que aligera el metraje sin perder la intensidad y que le permite tocar de paso todo tipo de géneros. El episodio de los espías sovieticos es de gran calibre y con todo, los personajes acaban teniendo fondo mas que forma, son creíbles y sensibles. Lo sentimental, la nostalgia, la sutileza no desconciertan en absoluto del tema principal. Así ocurre en la joven historia de amor y la mas larga que cierra el film nada convencional y con insignes referencias algunos de los grandes. Una edad de oro del cine francés despreciada por la distribución española, vete a saber porque. Por desconocimiento?. Como habrán hecho Drinara Drukarova, Lou roy Leconillet y Françoise Lebrun, recuperen la filmografia de Desplechin que no haya podido visionar ya. A saber además de lo mencionado, Jimmy P, La vida de los muertos, La centinela, Esther Khan, Reyes y Reina, Un cuento de Navidad, La amada, y Leo jugando en compañía de hombres.
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