No en todas, solo en algunas de las emotivas escenas, en las que se aplican e implican unos magníficos actores, logra John Krasinski, no manipular al espectador. Con esto hace que la sociedad americana, siempre conservadora parezca regirse por un manual de urbanidad y de correcion y que parece solo darse en las clases altas o pequeña burguesia. Como el cine es el gran espot del systen life americano, no descubre nada el director con su blanda comedia dramatica. Cuando recibe la noticia de que su madre está enferma, un artista neoyorkino que pasa por dificultades, se ve obligado a volver a su pueblo natal. Allí tendrá que adaptarse de nuevo a las costumbres de esta pequeña localidad en el centro de EE.UU. y a las cosas que dejó atrás para irse a la Gran Manzana, entre ellas su disfuncional familia, sus compañeros de instituto y su efusiva ex novia. También llegará al lugar la pareja actual, con la que está a punto de tener un bebé. En su segunda incursión detrás de las cámaras, el actor John Krasinski (13 horas: Los soldados secretos de Bengasi) dirige una comedia con toques de drama familiar. En la cinta, Krasinski maneja tanto el humor como la tragedia para componer una historia cargada de emoción y humanidad sobre los vínculos familiares y la amistad con la que cualquier espectador puede sentirse identificado. Para ello, se rodea de un reparto de auténtico lujo formado por los nominados al Oscar Richard Jenkins (Kong: La Isla Calavera) y Anna Kendrick (El contable), Margo Martindale (Feliz día de la madre), Sharlto Copley (Hardcore Henry) y Mary Elzabeth Winstead.
viernes, 17 de marzo de 2017
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