Madame Bovary es un mito occidental. Lo que no suponía es que lo fuera también para los orientales con tradiciones mas arraigadas y ancestrales. Ganadora en el ultimo San Sebastian, Feng Xuiaogang sube al mito en un balancin y lo mueve entre la ironía y el drama para pasar por encima de la critica de algunas aun rígidas leyes que dominan el gran país chino.Plasticamente admirable, con una luz y un color perfectos, como si buscara el cine en sus orígenes sin otros elementos tecnicos que los iniciales o básicos. Con la intención de lograr un segundo apartamento, que sólo se otorga a personas solteras, el matrimonio formado por Lin Xuelian y Qin Yuhe finge un falso divorcio. Sin embargo, seis meses después, Qin se casa por sorpresa con otra mujer. Furiosa, Lin interpone una demanda ante la Corte del Condado, pero pierde. A partir de ahí, empezará una peregrinación de 10 años en la que Lin luchará por lograr justicia y limpiar su reputación. Pero pasado este tiempo todavía no ha conseguido que se arregle. Entre la sátira y el melodrama, Feng Xiaogang (Back to 1942) dirige esta cinta basada en la novela de Liu Zhenyun en la que, con humor e ironía, habla sobre los conflictos en una sociedad, la china, en la que su antiguo sistema, basado en deudas y favores, choca con el nuevo, que se apoya en un estado de derecho sistematizado. En medio de esta confrontación se encuentra la protagonista, interpretada por Fan Bingbing (X-Men: Días del futuro pasado), una mujer que, durante años, apelará a todos los medios posibles para defenderse de las calumnias de su ex marido que han dañado su reputación. Con una estética revolucionaria, en la que la imagen queda enmarcada en un círculo, y un tono absurdo y sarcástico, Yo no soy Madame Bovary esconde tras su comicidad un poso de crítica social. Completan el reparto Guo Tao (Regreso a casa), Dong Chenpeng (See You Tomorrow) y Zhang Jiay.
jueves, 16 de marzo de 2017
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