Pepa San Martin nos aproxima a la xenofobia pero no desde un punto de vista de telediario, mostrando el entorno social y las reacciones sino como una joven adolescente lo vive en su fuero interno. . Excepcional aquí la interpretación de las adolescentes del film. También castiga el guión a una juez por una relación amorosa lesbiana externa y pierde la custodia de su hijas en esta modesta pero sensible historia. . Sutileza y tacto es el manjar de San Martin. que arriesga mucho en su primer largo. La vida y el cuerpo de Sara no paran de cambiar. Se enfrenta a los problemas habituales de una niña de 13 años, como que le gusten los chicos a la vez que piensa que son estúpidos, tener una relación cercana con su mejor amiga a pesar de no contarle sus secretos, que sus padres separados sean aburridos o que el colegio se haga pesado. A esto se une que la relación que su madre tiene con su nueva novia disgusta a su padre, que quiere pedir su custodia y la de su hermana. Un drama basado libremente en un caso judicial real, en el que entre tribunales y declaraciones surge la discriminación y los prejuicios, cuando un padre, llevado por sus ideales conservadores, decide solicitar la custodia de sus hijas porque éstas viven junto a su madre y la novia de ésta. Sin embargo, San Martín se aleja de reivindicaciones políticas y eslógans para componer una historia tierna y conmovedora sobre la familia moderna, así como el amor, la ingenuidad y la búsqueda de la propia identidad de una niña de 13 años, interpretada por Julia Lübbert (Bareta). Junto a ella, Rara completa su reparto con actores chilenos como Mariana Loyola (Aurora), Daniel Muñoz (Allende en su laberinto) o la debutante Emilia Ossandon.
jueves, 30 de marzo de 2017
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