la chica dormida

Un director de cine no debe tener nociones de psicología, ni ser inventor de universos arquitectónicos para explicarse, pero no viene mal que las tenga. Le ayudaria a  esta introspección que  hace con la infancia  de nuestra protagonista, como ya hicieron con mas base otros autores nord-americanos y que parece son sus referentes. En el aspecto técnico Rosemary Myers, nos zambulle en el mundo de la adolescencia con toda capacidad. Sus mejores expresiones son el humor, la melancolía y la supervivencia en plena juventud. Se acaban los 70 y, también, la infancia de Greta, una chica de 15 años que acaba de aterrizar en una nueva escuela. Mientras su madre prepara su fiesta de cumpleaños, a la que invita a los amigos (y enemigos) de su hija, Greta se siente acosada por todos: su hermana mayor, sus compañeros de clase y hasta su mejor amigo, Elliott. En plena celebración, una caja de música mágica se abre y la joven huye a su subconsciente para encontrarse con fantasmas de la infancia y sus miedos al mundo adulto. Premiada en festivales de todo el mundo, la ópera prima de Rosemary Myers ofrece al espectador una mirada única y original sobre lo que significa la adolescencia y el salto a la edad adulta. La chica dormida ofrece una imaginativa puesta en escena, deudora de la experiencia de Myers como directora artística en el Windmill Theatre australiano, precisamente el lugar donde se representó la obra de Matthew Wittet en la que se basa el film, en la que se narra una fábula contemporánea, entre lo fantástico y lo surrealista, tras la que se esconden los cambios y luchas, la belleza y el horror de esta convulsa etapa vital. De este modo, el bosque en el que se adentran los personajes muestra diferentes formas de afrontar la adolescencia, desde los que entran y salen al otro lado o los que se quedan atrapados ahí para siempre, hasta los que lo atraviesan con más de una complicación en su camino. Al frente del reparto se encuentran Bethany Whitmore (Mental) y el debutante Harrison Feldman, a los que secundan Eamon Farren (Lion) y el propio guionista, Matthew Wittet.