Maravilloso Boccaccio

Los Taviani no saben hacer una película mala, Combinando cualquier  genero con la cultura obtienen siempre notables resultados. Todos los directores italianos se han acercado a Boccaccio y no precisamente a la famosa discoteca de los 70, que también, sino a su figura literaria y artística. 1348. Florencia sufre los duros estragos de la peste. Para escapar de la plaga, que se ceba en los núcleos urbanos de la Toscana, un grupo de jóvenes decide refugiarse en una mansión en el campo y se aleja de todo en los montes que rodean la gran ciudad. Una vez allí, se distraerán con un juego, en el que cada uno de ellos deberá contar una historia cada día. Algunas trágicas, otras ingeniosas, eróticas o grotescas, todas ellas tienen un único protagonista: el amor en sus múltiples formas. Dos de los cineastas más reconocidos del cine italiano, los hermanos Paolo y Vittorio Taviani (César debe morir) deciden adaptar a nuestros tiempos los sucesos de Boccaccio, los cuales protagonizaba con un mayúsculo escandalo y que en la actualidad cobran otra dimensión libre adaptación de El Decamerón de Giovanni Boccaccio en la que contraponen lo sombrío de la peste con algo tan luminoso como el amor, la ingenuidad y la poesía. A pesar de estar ambientada en el siglo XIV, los realizadores establecen paralelismos entre aquella turbulenta época, marcada por la propagación de la peste, y la actual, y cómo el clima de pesimismo contagia las ganas de vivir de los más jóvenes, que buscan la manera de rebelarse contra ello. En el film serán 10 muchachos (7 chicas y 3 chicos) los que huyan de la plaga y se refugien en los montes cercanos a Florencia, donde vivirán en armonía con la naturaleza y contarán con aliados como la imaginación, la fantasía, la terquedad, el miedo, la pasión y la alegría propios de su edad. En el reparto, dominado por grandes personajes femeninos, se encuentran Carolina Crescentini (Háblame de amor), Vittoria Puccini (Miradas de amor) o Kasia Smutniak (Desde París con amor), a las que acompañan Flavio Parenti (A Roma con amor) y Riccardo Scamarcio. Y los Taviani, sumando classico i premios.