Enrique Baro Uriach exhibe sus viejos films caseros y los mezcla con los actuales. Fotografo debutante como realizador, nos presenta su biopic familiar, en el que emerge la figura de su padreTeodoro Baro Rey. Solo para cinefilos aunque los aficionados tambien les agrada una sorpresa alocada de vez en cuando. Una vetusta casa de veraneo, cuya historia empezó en 1953 y en la que ha transcurrido la vida de varias generaciones, es el escenario en el que sucede un relato que, en un día, rememorará las experiencias vividas allí a través de tres personas (un anciano, un adulto y un joven), quizá de la misma familia, quizá la misma persona, en etapas diferentes de su existencia. Grabaciones domésticas y canciones forman un todo que es a la vez película sobre una vida y a la vez un making of de sí misma. Fotógrafo de escena en series, Enrique Baró hace su primera incursión en la dirección con este film de marcado carácter autobiográfico y plagado de guiños cinéfilos y mitómanos, el film hace un homenaje a la casa de veraneo de su familia, un lugar en el que durante décadas han vivido todo tipo de experiencias. Lo hace a través de una comedia dramática con influencias del documental protagonizada por sólo tres personajes, interpretados por Teodoro Baró (padre del realizador), Nao Albert (Incidencias) y Francesc Garrido (La adopción) que recuerdan, en un solo día, los veranos que pasaron en este hogar, conscientes de que en algún momento éste dejará de pertenecerles. Aunque la historia se centra en las vivencias de Baró, la película intenta convertir esas emociones en algo universal que conecte con cualquier espectador.
jueves, 29 de junio de 2017
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