Me recuerda el film por su titulo aquel viejo chiste en que tre aviadores de la segunda guerra mundial, un frances, un ingles y un aleman se tiran de sus aparatos al grito de por la patria. El piloto español lo hace al grito de "por la escalera"!. Pues es lo que hace con la leyenda de este Excalibur catalan desconocido, pero con una mala utilizacion de la voz en off, una excesiva camara lenta exenta de pomposidad y epica y sin ritmo alguno a lo que contribuyen una pesima direccion de actores. Porque Miquel Sitjar o Joan Masotkleiner no tienen ya nada que demostrar. O sea, has sido tu Joan Frank Charansonnet. Sin presupuesto ni ayudas oficiales no se puede acometer un film de esta embergadura, a no ser que se trate de un suicidio politico industrial.
Pàtria, la llegenda d'Otger Cataló i els 9 barons de la fama llega a los cines con un objetivo bien definido: "Pàtria son nuestras raíces, nuestros orígenes, nuestra identidad", anuncia el trailer. "La primera película épica catalana de la historia", como se presenta, ha sido dirigida por el ampurdanés Joan Frank Charansonnet y ha sido producida por Dejavu Films i Capaneida Films.
El reparto cuenta con Boris Ruiz, Miquel Sitjar, Miquel Gelabert, Joan Massotkleiner, Àngels Bassas, Ali El Aziz y el propio director Joan Frank Charansonnet. La película se ha rodado en lengua catalana. La editorial La Vocal de Lis ha publicado, en forma de libro, el guion de la película. La película catalana ha participado en el Festival Internacional de Cine de Niza, donde ha ganado el Premio a la Mejor Película Extranjera por unanimidad del jurado. Pàtria no ha recibido financiación oficial, aunque varios municipios catalanes han colaborado con la logística del rodaje. En total sólo ha costado 250.000 euros, pero a pesar de todo su director se muestra muy satisfecho, asegurando que el cine catalán "puede competir en dignidad aunque no en presupuesto" con el cine europeo. Charansonnet afirma que "al cine catalán le faltan muchos ceros". Pues ya tiene otro. El director explica que desde joven tiene el sueño de hacer un Braveheart a la catalana y afirma que esta película no lo ha podido ser, por carencias del presupuesto, pero que intenta transmitir el mismo mensaje.
Pàtria se define como "cine de aventuras que te llevará a los orígenes de Catalunya", pero a pesar de todo no renuncia a la fantasía. La película transcurre en dos momentos históricos: en el siglo XV, cuando el noble Climent de Vallcebre explica al monje benedictino Pere Tòmic la historia de Otger Cataló que se ha transmitido oralmente, para que este la transcriba, y en el siglo VIII, en el que los hechos relatados suceden: Otger Cataló, con el apoyo de sus 9 barones de la fama, se enfrenta a los sarracenos. Pero no todo son victorias. La película también tiene dosis de amor, solidaridad, intriga, celos, fraternidad... De hecho, es una historia trágica, que acaba con la muerte de Cataló, un fallecimiento que se presenta como la semilla para la liberación futuro de un país que duró su nombre, Catalunya.
"Lucharemos ahora por una tierra libre" grita Otger Cataló antes de entrar en combate, y sus ayudantes aseguran: "Sembraremos esta tierra de libertad". En sus cargas contra los musulmanes, Cataló y sus guerreros luchan "por nuestra patria". Charansonnet no esconde que esta película es, en el fondo, una metáfora de la lucha actual del país: "Si 9 caballeros con la ayuda de Otger Cataló consiguieron echar a los enemigos, ¿qué no podrán hacer millones de catalanes con la firme voluntad de hacer libre a este país"?, se pregunta el director. Otger Cataló es un personaje mítico que habría vivido en el siglo VIII. En realidad, la primera referencia a él la encontramos en el Libre dels reis, muy posterior a los hechos. El mito se refiere a un noble procedente de Gascuña, y en algún caso considerado capitán, que habría cruzado el Pirineo con 9 o 12 asistentes (según algunos autores, iban agrupados en grupos de tres: Montcada, Pinos y Mataplana; Cervera, Cervellt y Alemany; y Anglesola, Ribelles y Erill). Cataló habría luchado en Catalunya antes de Carlomagno y habría muerto de enfermedad en el asedio en Empúries. Sus compañeros se habrían refugiado en Francia y habrían vuelto a Catalunya con Carlomagno, que los habría nombrado barones. Y Catalunya habría tomado el nombre del héroe muerto. Hay varias versiones contradictorias, sobre el mito, que fueron analizadas al detalle por Miquel Coll i Alentorn: en algunos de los documentos más antiguos, Cataló lucha contra los godos; en la mayoría de las versiones, contra los sarracenos. Además hay contradicciones geográficas: mientras por una parte se asocia el término Catalunya al topónimo Campi Catalaunici (Châlons), en realidad, Châlons está en el norte de Francia y la Gascuña está en el sur. En realidad, hay algunos estudiosos que consideran que la leyenda de Cataló es sencillamente una deformación de la leyenda de Roldán (en la que se hace referencia a uno de sus lugartenientes, Otger de Normandía, también muerto en Empúries). Y se cree que los nueve barones, repartidos en grupos de tres, son una adaptación catalana del mito francés de los Neuf Preux, unos caballeros míticos muy populares en toda Europa en la Edad Media. Es probable que la creación del mito de Otger Cataló fuera financiada y estimulada por el rey Pedro el Cerimonioso, en un intento de reforzar la monarquía catalano-aragonesa y establecer una tradición histórica local alejada de la de los países vecinos (los intelectuales oficiales son un viejo invento). En este caso, la tradición catalana ocultaba el protagonismo de los viejos reyes aragoneses y reforzaba el papel del condes catalanes en la formación del reino. Pere Tomic, el personaje secundario de Pàtria, existió en realidad y publicó en 1438 un libro, Històries e conquestes, en que mencionaba a Otger Cataló. Pero no se inspiró en leyendas orales, ni en las explicaciones de Climent de Vallcebre, sino en varias versiones escritas de la leyenda que ya circulaban en la época, (como la de Rodrigo de Toledo, un autor castellano que hizo muchas referencias a Catalo).
Pàtria nos ofrece una lectura muy simplista del origen de Catalunya, que es deudora en las lecturas más reaccionarias sobre la Reconquista. Los "sarracenos" son presentados como "opresores" que "maltratan la tierra". Una tierra "que" los cristianos consiguen "liberar a sangre y hierro" pese a su pacifismo. Los cristianos se presentan como los verdaderos amos del territorio, que tienen que "liberar cada palmo del suelo de manos forasteras". Evidentemente, eso tiene poco que ver con la historia medieval de Catalunya, en que las relaciones entre árabes y cristianos fueron mucho más estrechas y mucho más complejas de lo que deja ver la película. Y es que en la época, tan arraigados a la tierra estaban los cristianos como los árabes. Catalunya, como Castilla, se construyó sobre la destrucción del otro: el musulmán y el judío, principalmente, pero también el gitano. Esta película acaba reforzando los tópicos más clásicos de la historia del país.
"Esta es una historia que toda la gente de esta tierra tienen que recordar", explica Climent de Vallcebre hacia el fin del filme, dirigiéndose a su auditorio, pero también a todos los espectadores de la película. Y, en una escena paralela, Otger Cataló llama a "liberar cada palmo del suelo de las manos forasteras". Parece que Cataló imagina la nación incluso antes de crearse. Pero obviamente, los habitantes del Pirineo, en el siglo VIII, no pensaban en términos de una ideología tan moderna como el nacionalismo. Tampoco pensaban que su lucha era para liberar a los desheredados de la tierra, como afirma un barón de la fama en el combate final contra los sarracenos, ya que estaban absolutamente impregnados en la creencia de la desigualdad entre los hombres (y los nobles no tenían el menor interés en luchar por la igualdad entre los seres humanos). Y tampoco pensaban, como uno de los caballeros, que "La guerra es un fracaso de la humanidad", porque el status superior de los caballeros se debía, justamente, a la omnipresencia de la guerra (tampoco defendían los derechos de las mujeres, como otro de los barones que rodean a Otger en la película). Pàtria se puede ver como una maravillosa historia de aventuras y de resistencia, pero, obviamente, difícilmente se puede interpretar en términos de historia de Catalunya. Pàtria forma parte, de lleno, del mundo de la leyenda.
"Esta es una historia que toda la gente de esta tierra tienen que recordar", explica Climent de Vallcebre hacia el fin del filme, dirigiéndose a su auditorio, pero también a todos los espectadores de la película. Y, en una escena paralela, Otger Cataló llama a "liberar cada palmo del suelo de las manos forasteras". Parece que Cataló imagina la nación incluso antes de crearse. Pero obviamente, los habitantes del Pirineo, en el siglo VIII, no pensaban en términos de una ideología tan moderna como el nacionalismo. Tampoco pensaban que su lucha era para liberar a los desheredados de la tierra, como afirma un barón de la fama en el combate final contra los sarracenos, ya que estaban absolutamente impregnados en la creencia de la desigualdad entre los hombres (y los nobles no tenían el menor interés en luchar por la igualdad entre los seres humanos). Y tampoco pensaban, como uno de los caballeros, que "La guerra es un fracaso de la humanidad", porque el status superior de los caballeros se debía, justamente, a la omnipresencia de la guerra (tampoco defendían los derechos de las mujeres, como otro de los barones que rodean a Otger en la película). Pàtria se puede ver como una maravillosa historia de aventuras y de resistencia, pero, obviamente, difícilmente se puede interpretar en términos de historia de Catalunya. Pàtria forma parte, de lleno, del mundo de la leyenda.
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