jueves, 19 de abril de 2018

Los hambrientos

De acuerdo que no remite a Corman como todas las peliculas de zombies. Y tiene el gran acierto para ser algo diferente, de sustituir la noche por la niebla densa. No por ser de dia se ve mas claro. Pero el film se esfuerza y no solo aplica su poca vision a criticar el mundo actual sino que ademas propone un plan de hada madrina que insufla un poco  de esperaza a esta humanidad zombie total. El fotografo/camara Steven Desrosiers tiene que adaptarse a que los zombies corran lo cual no es habitual, como no lo es que griten de dolor ellos que aparecen como seres insensibles y sin masa corporal. Imagenes poeticas como la niebla incipiente o la escultura de las sillas ponen algun interes mas en el plano guion que no pierde ni un segundo en explicar de donde procede la plaga  y se pone al frente de buscar las soluciones. Deudora de sus antepasadas queda clasificado claramente en el apartado epidemias. El mundo ha caído presa del hambre voraz de los muertos vivientes, mientras los pocos supervivientes que quedan hacen lo posible para no encontrarse en el camino de estos cadáveres andantes sedientos de carne humana. Sin embargo, la expansión de estas criaturas y la falta de recursos obliga a los vivos a desplazarse. En un pequeño pueblo de Quebec la subsistencia es complicada para los pocos que se resisten a la epidemia, que tienen que enfrentarse a los zombis y a sus propias crisis internas. En un género tan manido como el de zombis, en el que tanto la pequeña como la gran pantalla parecen haber andado casi todos sus senderos, de vez en cuando surgen propuestas que aportan una visión fresca y rejuvenecedora. Éste es el caso de Los hambrientos, quinto largometraje de Robin Aubert (Tuktuq) que viene de triunfar en el Festival de Toronto y en otras grandes citas del circuito fantástico. Con un estilo personal y de autor, Aubert vuelve a convertir a los muertos vivientes en criaturas terroríficas en un film que combina con acierto la tensión y el humor negro y donde el miedo lo provoca más aquello que no se ve que lo que se plasma en la gran pantalla. De tono apesadumbrado, surrealista e inteligente en sus escenas más aterradoras, la película, sorprendente y sugerente, presta menos atención a la violencia o el afán caníbal de los zombis que a la psicología de sus personajes, y en cómo luchan para adaptarse a la situación y encontrar (a la vez que el espectador) respuestas al por qué de la catástrofe. Marc-André Grondin (Una cenicienta de moda) y Monia Chokri (Reparar a los vivos) lideran un reparto que también cuenta con Micheline Lanctot (Familia) y la debutante Charlotte St-Martin.

No hay comentarios: