sábado, 21 de abril de 2018

Nunca estamos solos

Un paranoico guardia de prisiones llega a un pequeño pueblo cuyos lugares estrella son el burdel y la cárcel. No tarda en entablar amistad con un hipocondríaco dependiente del supermercado, casado con una mujer que, infeliz en su matrimonio, se siente atraída por el portero del prostíbulo. A su vez, este hombre está enamorado de una stripper que trabaja allí que, sin embargo, espera a que el padre de su hijo salga de prisión. Cada uno de ellos intentará dar un nuevo sentido a sus tristes vidas. Premiada en el Festival de Berlín, la nueva película de Petr Václav (Cesta ven) transcurre en un convencional pueblo checo, donde se desarrollan las historias cruzadas de una serie de personajes, insatisfechos con sus vidas, que buscan desesperadamente algo que les haga salir del hastío en el que se encuentran. A través de ellos  se habla sobre de qué manera la interacción del ser humano con otros miembros de su misma especie define su propia personalidad, y del deseo irrefrenable por encontrar aquellas escasas relaciones que, realmente, marcan el carácter. En este drama coral con notas de humor amargo el realismo deja paso a la hipérbole para mostrar los diferentes destinos de unas personas atraídas por los extremos, algunas a la caza de una la libertad que se le resiste y otras nostálgicas de tiempos pasados más autoritarios, pero todas ellas cómplices de su propia infelicidad. Este relato sobre el estado actual de la República Checa cuenta con una mezcla de actores de gran prestigio en su país como Karel Roden (La huérfana) y Lenka Vlasáková (Lea) con semiprofesionales de orígenes humildes como Klaudia Dudová y Zdenek Godla, que ya trabajaron con el director en su anterior largometraje.

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