Amor en tiempo de guerrra y Big band son los dos obsequios que tenemos de David Leland con anterioridad. Ejemplo de aprendiz de secundario, por la magnifica actuación del conde ruso y el cura que consiguen recordarnos que estamos ante una comedia. Una comedia moderna, lo cual quiere decir olvidar los gags y el guión y machacarnos con una música de banda sonora inusual para la època y unos toques de erotismo de cadena de pago que poco tiene que ver con la completa educacion de un caballero.
Cuando añoramos aquella flecha y aquel halcón, aquel Ivanhoe o aquella LAdy idem. Los duelos parecen la final de Wimbledon, el publico come helados y lo único que es como siempre es la imposibilidad de que el apuesto e insulso joven Michael Christiansen quiera alcanzar la mas alta alcurnia donde se halla el tibio corazón de la princesa de veraneo Mischa Barton. Lo dicho, todos han de aprender de Tim Roth.
lunes, 11 de agosto de 2008
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