domingo, 3 de agosto de 2008
Dejad de quererme o Deux jours a tuer
Jean Becker gira un poco en recorrido social, critico, emotivo y sensible dándole un punto de crudeza y acidez a su obra que es básicamente A escape libre, Elisa, La fortuna de vivir, Un crimen en el paraíso y Un home anomenat Rocca. Hijo de Jacques, escaso como su padre pero conciso en sus 70 años desarrolla las historias cotidianas como nadie, con personajes de verdad como aquí lo son Albert Dupontel, Marie Josee Croze, Pierre Vanek o Alesandra Martines sin abandonar nunca su punto de comedia. Un hilo argumental de gran interés en todo momento para el espectador que no era nada fácil de conducir por sus giros inesperados y que en otras manos que no fueran del director que finalizo La evasión podía rechinar y mucho. Film de empaque, combinando tragedia y fiesta mayor que nos acerca la problematica de un ser al que le parece que es demasiado querido. Para evitarlo quiere hacer daño a los demás para que le olviden o le odien. La soledad y separarse los que seres queridos parece ser su formula sin mirar prejuicios de la sangre ni obligaciones familiares de ningún tipo. La crisis de los 40 subyace en todo el filme, edad donde parece ser que algunos humanos se plantean ciertas cosas. Un tratado de como romper con nuestro universo feliz justo antes de las vacaciones. Un viaje a la tristeza y la esperanza.
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