Carmen Castillo, se encarga con este documental, de demostrar y hacer ver a la sociedad chilena actual, que los represaliados no eran unos imbéciles que querían morir, sino personas libres, que querían trabajar, bailar, tener hijos, leer y amar. Su propio compañero era secretario general del MIR y como tantos tuvo que pasar a la clandestinidad, sufrir detención, tortura o exilio, cuando el dictador cuyo nombre no quiero que ensucie este blog, puso su bota sobre la democracia de Allende. Castillo que vive en Francia, asegura que este film no es una catarsi, sino una lucha contra el olvido y la amnesia colectiva. Como puede ser una frustacion el recuerdo de una rebelión llena de significado para un pueblo?. Nosotros somos supervivientes de aquella época y tenemos la obligacion de contarlo a las nuevas generaciones, dice.
La reconstrucción la hace en la misma casa donde el 5 de octubre de 1974 entraron los esbirros del innombrable, asesinaron a su compañero y la apalearon estando embarazada. "Los ojos sin memoria no ven nada". La ovación que recibió el film de 163 minutos en su presentación de Cannes 2007 , duro 15 minutos.
Las dificultades de pasar cuentas, la meditacion sobre la naturaleza selectiva de la memoria, la culpa, el celo revolucionario y la exigente condición del exilio pueden hacer que alguien sin conciencia de lo que esta visionando lo encuentre monótono, tosco o reiterado. Comprendemos que el impacto del horror es tal que algunos no lo pueden soportar. Pero es necesario hacerlo.
viernes, 29 de agosto de 2008
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