Este SAnta Claus de Juha Wuolijoki es finlandes,un huerfano que cada año vive con una familia diferente, que hace juguetes de madera y que los reparte por el barrio desde muy pequeño. Y de mayor quiere seguir haciendo lo mismo, con renos de verdad y casas y talleres que parecen sacados de un film neorrealista, -se insertan trozos de documental,- y es la demostracion para mi de que cualquier historia real es mucho mejor que una fantastica, pero sobre todo que interesa mucho mas precisamente por su posibilidad de ser.
Me gusta mucho mas este concepto nordico, sin plumas, con la ternura y densidad de la nieve, con algunas lagrimas cuando lo pide el guion, sin rupturas con la leyenda de siglos, sin considerar el evento pasado de moda, con encanto navideño por tanto, que la vision hollywoodiana del santa klaus, gordo, a veces bebedor, de comedia idiota tipo Tim Allen o Jim CArrey, por no decir cuando lo han hecho aparecer de malvado, ni los nombro, o grotescos y perversos como la vision zafia de Burton Tim, Szwarc, Dunham, Dear o Pasquin. Nos gustan para siempre las historias de navidad desde la prespectiva de los paises nordicos, aquellos que esquiaron por primera vez antes de inventar la rueda y que disfrutaron de la nieve como deporte y obsequio de la naturaleza.
lunes, 8 de diciembre de 2008
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