Neil LaBute es un cineasta con tendencia al exceso, como demostró en Posesion y Nurse Betty. En este caso también se ceba en la construccion de un personaje monstruoso que corrige como puede Samuel L. Jackson. Paroxismo, metáfora, climax, todo sirve para provocar la parodia como el fuego forestal que parece ilustrar el racismo y su revuelta.
Con un arranque prometedor que parece destinado a denunciar la intolerancia norteamericana, especialmente después del ataque a las torres gemelas este thriller psicopolitico vuelve a las formulas repetitivas de siempre con finales que desprecian la lógica o el mínimo sentido común de personajes de la ficción y del publico.
Investigador del infierno de los demás, este dramaturgo versado sobre el sexismo, la misoginia estudia ahora el racismo, con la increíble variante de que el racista es negro y policía armado. Demasiado también para los interpretes Patrick Wilson, Kerry Washington y Justin Chambers, por si entre ellos encontrais otros alicientes.
miércoles, 24 de diciembre de 2008
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