Que difícil es que un documental sobre las precariedades de unos pueblos sumergidos perpetuamente en la tragedia, a pesar de sus magníficos y exótico paisajes de fondo, no se asemeje a una publireportaje turístico. El francés Yann Arthus Bertrand (Home 2009) nos arroja durante mas dos horas largas, rostros parlantes de magnifica fotografía y mejor maquillado, que intentan, riendo o llorando transmitirnos sus tragedias personales o de país, pero mezclando terroristas y victmas, refugiados o médicos sin fronteras, guerrilleros o prisioneros, grupos sexuales o condenados a muerte. Tanta dispersión, anula todo método o forma de reflexion. Con tantos testimonios sobre el amor, la felicidad, la violencia y el odio, es posible remitirnos a nuestra propia vida y a nuestros encuentros con otras personas. Ya sean historias anodinas del día a día o relatos extraordinarios, estos encuentros, que están llenos de extrema sinceridad, resaltan lo mejor y lo peor del ser humano y destacan lo que somos, nuestras dudas, nuestros miedos y nuestras similitudes, que no serían nada sin la belleza del lugar en el que vivimos. Es una película documental, dirigida por el fotógrafo francés, cuyo objetivo es la reflexión sobre la condición humana y el motivo mismo de nuestra existencia a través de historias anónimas de personas de todo el mundo que, como si de instantáneas se tratasen, el director ha ido captando a lo largo de dos años. Los testimonios, a su vez, se entremezclan con asombrosas imágenes del nuestro planeta, con las que se pretende mostrar al espectador la belleza.
miércoles, 17 de agosto de 2016
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