En 2013, el cardenal de Buenos Aires Jorge Mario Bergoglio se convertía en el papa número 266 de la Iglesia Católica. No era una elección cualquiera, pues Bergoglio era el primer pontífice originario de América del Sur, el primer jesuita en ostentar este cargo y el primero en escoger el nombre de Francisco, en honor a San Francisco de Asis, venerado santo cristiano y uno de los grandes reformadores, consagrado a los más pobres y a la naturaleza, con el que comparte la forma de entender la fe. Con trabajos como Buena Vista Social Club o La sal de la Tierra, el veterano Wim Wenders realiza ahora este documental que, más que ser un repaso biográfico de la vida y obra de Jorge Mario Bergoglio, ofrece al espectador la posibilidad de compartir el día a día del Sumo Pontífice y ser testigo, en primera persona, de sus esfuerzos por transmitir sus ideas y mensajes, así como de reformar una institución eclesiástica que debe ofrecer respuestas a las grandes cuestiones del mundo actual, como la inmigración, la ecología, las desigualdades económicas o los nuevos modelos de familia. La película, estrenada con éxito en el festival de Cannes, pretende establecer un diálogo directo entre el Papa y la gente, sin importar su condición social o religiosa, a lo largo de las diferentes paradas de este viaje, que abarca desde las Naciones Unidas a campamentos de refugiados en el Mediterráneo. A lo largo de este film, Francisco I expresa sin tapujos su visión de la Iglesia y su preocupación por la pobreza, el medio ambiente, la justicia social y la paz en zonas de conflicto que le ha servido para ganarse la confianza de miles de millones de personas.
viernes, 28 de septiembre de 2018
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