lunes, 17 de septiembre de 2018

Los amores cobardes

Dicese de los amores incapaces de tomar decisiones. Para mostrarnos lo, Carmen Blanco nos aburre con sus dialogos huecos y escenas residuales, tal que otra vez los actores han de acudir al rescate. Ansiedades, engaños, recelos y frustraciones se encuentran en el cesto intimo de una chica fuerte e independiente que vuelve a su pueblo natal para pasar las vacaciones de verano. Allí le esperan su madre y su mejor amiga, que quiere aprovechar estos días para retomar la relación. Además de ellas, también se encuentra por sorpresa con un chico con el que tuvo un fuerte vínculo de amistad pero que un día, sin avisar ni despedirse, cortó el contacto. Seis años después, aún molesta, recordará su pasado juntos para decidir si le da una segunda oportunidad. Tras un interesante recorrido por festivales, entre los que se encuentran los de Málaga o Alicante (donde consiguió el premio a la Mejor dirección), la ópera prima de la andaluza Carmen Blanco (dos cortos) se cuestiona qué pasaría si una alguien de gran importancia en la vida de una persona se fuera sin dar explicación, y qué ocurriría cuando ambos volvieran a encontrarse años después. A partir de ahí, la realizadora compone un drama, con dosis de romance, donde habla sobre el pasado, la necesidad de cerrar etapas para avanzar y, sobre todo, la posibilidad de que exista una amistad sincera entre un hombre y una mujer que en el fondo se atraen. El film cuenta el regreso a sus orígenes de una chica que, además de volver a ver a su madre y a su mejor amiga, hará lo propio con un chico con el que mantuvo un fuerte vínculo que éste rompió. A través de sus recuerdos, la película narra cómo fue aquella relación que ahora vuelve a resurgir. La cinta, de cuidada factura técnica y banda sonora del grupo indie McEnroe, cuenta con las interpretaciones de Blanca Parés (Julieta), Ignacio Montes (Velvet Colección), Tusti de las Heras (Gente en sitios) y la debutante Anna Coll Miller.

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