ana de dia

Ana es una joven formal, de una familia de clase media, que está a punto de terminar su doctorado en Derecho, conseguir un buen trabajo y casarse. Lo tiene todo, pero no se siente realizada. Un día, tras ver que otra chica idéntica a ella la ha suplantado, Ana ve la oportunidad de empezar de cero y buscar su verdadera identidad. Lo hará en la noche madrileña, entre el cabaret y una pensión poblada por personajes pintorescos. Sin embargo, escapar de sí misma será más complicado de lo que pensaba. 7 años ha tardado en ver la luz Ana de día, ópera prima de Ana Jaurrieta financiada a través de crowdfunding y llevada a cabo por un equipo formado en un 70% por mujeres y de una edad media de 30 años. La juventud de los responsables se transmite a una película enmarcada dentro de la nueva ola del cine independiente español, que busca nuevas y frescas formas de contar historias. Jaurrieta habla en este film sobre la identidad y plantea un interesante dilema: si un día alguien nos suplanta, ¿lucharíamos para recuperar nuestra vida o aprovecharíamos para empezar de cero y reinventarnos?. La protagonista del film optará por la segunda opción y redefinirá su vida personal, laboral y sexual. A través de este viaje la directora y guionista cuestiona los ideales de emancipación femenina socialmente aceptados para reflexionar sobre la educación, los límites y represiones impuestos tanto por la sociedad como por uno mismo. Ingrid García Jonsson (Zona hostil) lidera el reparto de esta cinta que aborda la inquietud de una generación que, a pesar de tenerlo todo, es la más insatisfecha de la historia. Le acompañan María José Alfonso (Oh! Mammy Blue), Mona Martínez (El reino) y Fernando Albizu. Opera prima que bucea en la dualidad del ser humano alternando  aciertos, como la construcción del ambiguo personaje principal, con desaciertos flagrantes. Una sugerente visión del mito del doble que no solo se deja fascinar por la figura, sino que se interroga sobre las consecuencias de enfrentarse al rostro del yo. Un viaje de huida que detrás de la cámara hay una voz con estilo y personalidad a la que habrá 
que seguir. Lo peor: Una cierta tendencia al ensimismamiento.

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