sábado, 22 de diciembre de 2007

Arma fatal

Sabe mal, en vigilias de Navidad, con la lotería desparramada por la alfombra junto a las ilusiones perdidas, hablar de "Arma fatal". Pero es que el film es letal. El humor británico, arremangado de mangas, se pone a acabar y burlarse de todos los mitos de violencia incluidos los videojuegos. Buen inicio, con intensidad, como se reclamaria a un buen partido de futbol para irse con una noria fuera de su soporte, hacia un desmadre final practicamente incontenible y que como en los peores tsunamis logra que no sepas donde estas.
Hemos de recordar que la autoría es de Edward Wrigth, emulo de los Monthy Phyton, pero sin solera de otros títulos que le avalen y que son los hacen que tenga tantos altibajos su trabajo . Da unas breves muestras de ingenio que debe ser la antesala de la genialidad a poco que se aplique en algún que otro buen trabajo. La excusa de la vorágine es un policía que es trasladado a un bajo empleo porque su buen hacer deja en ridi culo al aire al Cuerpo entero. El equipo en cuestión rinde demasiado homenajes a otros films, queda deudor y alarga en exceso el metraje que soporta el peso pedante e inseguro de toda opera prima. Simon Peggg y Martin Freeman letales.

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