Textura magnifica de documental este de Andrei Nekrasov que deberá como otros en adelante, vigilar con el te. Documental político de suspense del que nunca sabremos como acaba. Sombras del KGB, fantasmas del Kremlin pululan y campan a sus anchas succionando los hálitos de vida de algunos que se atrevieron a levantar la voz o a investigar para utilizarlo lo que había debajo de las alfombras del zar. La gran Rusia que en unas elecciones no consigue ni un escaño para su campeón mundial de ajedrez, donde el poder endogámico se perpetua no ya familiarmente o por boda sino en uno mismo eternizandose con un simple cambio de silla.
El director estuvo filmando durante dos años a su amigo Alexander y decidió montar el documento al año de su asesinato por ingesta de polonio. Junto con el oportunista y oportuno libro de la esposa de Litvinenko, tampoco es cosa de que se elimine toda la familia entera, el documental intenta mantener viva la investigación y homenajear al elemento discrepante, que igual también era una joya pero sin suerte. El film cita como a los dos ideólogos de la US, el comunismo y el crimen. Habría que releer a Marx. Al escribir estas lineas, yo mismo siento un escalofrío.
lunes, 31 de diciembre de 2007
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