Irina Palm es la ultimo en cine europeo. No queremos, pues ya lo tenemos de la mano y nunca mejor dicho de Sam Garbarski. Como tragar con una película imposible, en la que una abuela decide prostituirse en un sórdido sex shop practicando el onanismo y leyendo revistas, para poder pagar , viuda y sin trabajo el tratamiento medico de su nieto. Morbidez, voyeurismo y tecnicas aparte, el film solo puede soportarse, e incluso encontrarse cómodo en el, gracias a dos premisas con que se ha manejado el director.
Una que nada es creíble. Desde la lesión de codo de la abuela-meretriz como los tenistas, hasta su inhóspita relación con el taimado dueño del cubículo, incluidas cuantas experiencias y vicisitudes puedan ocurrirle en semejante practica de trabajo. La otra es la importante presencia de la en otro tiempo, años 60, diva del rock y pop británico, con un efecto de masas y simpatía que todavía les perdura. Con este bagaje de crédito, la actriz soporta cualquier liquido corrosivo que viertan en su interpretación haciendo soportable el film a un espectador que no supiera o buscara deliveradamente lo que iba a ver. Faithfull humaniza lo decrépito de la historia tipo Dickens porno.
miércoles, 26 de diciembre de 2007
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