Michael Mann se añade a la lista de Enemigos publicos de Mark Lester, Tony Scott, Jack SMigth, W.S. Van Dyke y William Wellman con un depurado estilo después de Ladrón, Colateral, El ultimo mohicano, Heat, Ali, Corrupción en Miami y El dilema. Sin ser todavía un clásico, su rendición al cine del pasado, sus ráfagas no de metralleta sino de amor al cine y su gran memoria cinéfila en blanquinegro y sus referencias al cine de gangsters, nos enriquece la pantalla con elementos que de otro modo serian mas que criticables éticamente en la actualidad y logra un film perfecto para gozarlo con otros buenos gourmets de fino paladar ecológico y cultural.
Dillinger ya había protagonizado sendos biopics de Max Nosseck y John Milius y de pasada de Lewis Teague. Mann ha logrado una magnifica atmósfera alrededor de su Dillinger Johnny Deep, con una revisitacion de la epoca de las mas esplendidas y concretas que recuerdo. Con gran ritmo y plantificación como en la escena de Christian Bale en la persecución del bosque.
Autentica y genuina, la película huele a gang desde el primer fotograma y encontrara su lugar en el universo del cine a pesar de ser, como el western, un genero a la baja. Insertando y eso es lo discutible, la figura del asesino en la mitología de los aprecios sinceros y de las leyendas de larga duración, le hace un lugar atractivo entre los románticos y épicos Clark Gable, James Cagney, Warren Beaty, Paul Muni y William Powell.
Marion Cotillard y Billy Crudrup, también perfuman estos amigos y publicos 140 minutos de cine es estado puro.
viernes, 14 de agosto de 2009
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