domingo, 9 de agosto de 2009

Exorcismo en Connecticut

El que Peter Cornwell haya tomado retazos de aquí y de allá para perpetar su film, se pueden denominar hechos reales? Un refrito semejante se puede llamar homenaje a lo bestia? Puede emocionar o asustar ver un álbum de fotografías de desconocidos? Es rentable todavía el espanto a golpe de cámara?.
Si podemos decir del debutante director que ha visto todas las películas de mal terror del mundo. Otra cosa es si ha pagado derechos de autor, sobre todo a las mas originales y efectivas. Emociones frías y sin pasión las que viven unos jóvenes perdidos en algún motel o como cataloguen ustedes a la siempre interesante Virginia Madsen, el sincero Martín Donovan y el desamparado como el espectador, Kyle Galinder.
Manual del genero con casas demonizadas, diablos presenciales y fantasmas oriundos que acosan a una familia atrapada en la venganza, en el dolor de una vieja historia y perseguida por la muerte que para dar mas miedo, vive en los goznes de las puertas, chirría en el udolar del viento en las ventanas y crepita en el fragor del hogar.

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