Fieles aprendices del cine americano, Samuel Martin Mateos y Andres Luque Perez, se esfuerzan en los dialogos de los secundarios, Celso Bugallo y Carlos Sante) y la planificacion de la accion llamemosle negra. Sin un momento de respiro gracias a la sobriedad de la puesta en escena, sin apenas efectos especiales y forzando el duelo entre Carmelo Gomez y Hugo Silva, controla con autoridad la historia y la tecnica, con papeles complicados siempre al borde lo grotesco. Agallas se necesitan para hacer este buen cine, que no sera glamouroso , pero que prepara la atencion hacia este equipo interesante.
Opera prima para un cine de mafia, negro como la traicion y trufado de ambicion desmedida sin la pretension tan extendida de ser Tarantino a la primera ni reinventar el genero contra la consolidada tradicion, nos obsequia con atractivas pero esperadas sorpresas finales.
Un gangster de poca monta llega a Galicia en un esquema sencillo. Anhela el poder y el lujo de un notable hombre de negocios con coche de aqui para alla, chalet mas que adosado y unos posibles que cree poder compartir, un armador pesquero, tapadera de una red de narcotrafico en la que las sepias tienen la tinta blanca. El gangsterillo lograra, a base de sangre a raudales, sentarse a la derecha del procer y ser su brazo armado. Agallas no les faltan a ambos lados de la camara bregada en el genero.
miércoles, 9 de septiembre de 2009
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