Steve Soderbergh es un director nada complicado y con buen estilo narrativo. Me entusiasman de su obra Bajos fondos, El rey de la colina, Erin Bronkovich, La verdad oculta, Ocean’s eleven, Ocean’s twelve, Sexo,mentiras i cintas de video, Solaris , Traffic, Un romance peligroso y El buen aleman. Menos las recientes tercera parte de Ocean's y el diptico sobre el Che. El soplon es un film complejo, con decenas de despachos donde se desarrollan densas conversaciones, muchas de ella conducidas por un seductor Matt Damon. Pero una fluida narracion y el magnifico uso de las decorados junto con el tono ironico que hace soportable alguna densa locucion, recordemos que es una comedia, justifican los kilos de mas del protagonista. El mito de Bourne personaje es hoy un magnifico actor y mas si lo enzarzas con agentes del FBI de la talla de Scott Bakula y Joel McHale, sin olvidar el contrapunto de Melanie Lynskey. Entre todos nos constatan que cuatro cabrones controlan el poder mundial y la economia en particular y nosotros no somos nadie.
Pero volvamos al cine, Soderbergh nos dibuja un film entendible, audible como los de antes. Sencillo en su expresion, sugestivo como los clasicos, una banda sonora para comprar de Marvin Hamlisch. La accion pasa en los años 90, basado en un hecho real tomado de lejos, se refiere a las grandes corporaciones y sus mangoneos, que como vemos en Catalunya y España, son cotidianas. Damon es un importante empleado de una industria agroalimentaria que comercializa con empresas japonesas, que acepta colaborar con el FBI, para con microfonos ocultos desvelar irregularidades. La historia son cuatro años en cuyo proceso se acabara dudando tambien de la integridad del modelico empleado, que hace de la mentira su rectitud. Una historia diferente, atractiva y que deja al satisfecho al espectador de toda la vida.
lunes, 28 de septiembre de 2009
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