Directora y guionista, pisando fuerte su Felpudo maldito, Josianne Balasko nos acerca un tema tabu en la vida y en el cine como es el de las mujeres que pagan por tener sexo potable. Rechazando de plano insinuaciones psicologicas y morales, nuestra aguerrrida directora introduce a Nathalie Baye, - quien tambien exploro en su dia todos los sonidos del mapa de Paris con Sergi Lopez-, en ingeniosas conversaciones, en la dudosa integridad de los personajes, Eric Caravaca y Isabelle Carre, quienes nos cuentan sus cuitas con sus respectivas voces en off y ya sabeis que esto me gusta.
Una meditacion sobre la necesidad del sexo y del dinero que determinan evidentemente muchas de las conductas humanas, con un excelente tacto e ingenuidad. Nuestra protagonista, bloqueada severamente en sus emociones y el, gigolo con una carga de inocencia complicada, juegan en el tapiz de la cama la partida del trio. Lo mejor del film es que no utiliza la amargura de la infelicidad, no infidelidad, para vagar por la originalidad del tema, sino que hace emerger la problematica social que ocupa cada dia dos paginas de los periodicos en letra pequeña.
En su novela, la Balasko tambien cuenta la historia de una madura presentadora de televenta, el gigolo al que paga sus servicios y la esposa de este, que desconoce obviamente la procedencia del sobre sueldo de su pareja. Cine frances, frances, oiga.
sábado, 5 de septiembre de 2009
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