Colección de retales de una mala
sitcom diseñados para destruir
todo el afecto que alguna vez pudieran
despertar John Travolta
y Robin Williams, Dos canguros
muy maduros resucita el cine de divorcios y separaciones
y cualquier otra película que se
congratula de los hombres capaces
de ejercer de papás a través de
una serie de histéricos intentos
de slapstick basados en la humillación
de los progenitores. Cacas
de oso, pis de perro, flatulencias
humanas, genitales golpeados y
demás chistes tan forzados que
huelen a muerto componen el penoso
arsenal cómico de Walt Becker,
también director de Cerdos
salvajes, otra infamia que, sin embargo,
es carne de Oscar comparada
con esta. Lleve a su hijo solo
si se ha portado muy mal.
sábado, 5 de diciembre de 2009
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