Nancy Meyers, su trabajo, me gusta siempre. Dirige unas comedias romanticas, con un punto de sofisticacion y unos gags muy bien elaborados. Introduce en esta ocasion la marihuana, adopta un tono moralizante y su seriedad en el tramo final se pierde en esta ocasion en poco en el humo.
Su idea de siempre es la guerra tranquila de sexos que aqui interpretan Meryl Streep y Alec Baldwin, con un tercer angulo llamado Steve Martin. Interpretan un matrimonio divorciado hace ya una decada a los que se les presenta una segunda oportunidad. Desde la cocina nuevamente Streep y con una sobredosis de picardia de Baldwin, ambos se convierten en amantes y juegan a ocultarlo a sus tres hijos en la fase mas divertida del film.
Mejor el guion y los actores que la puesta en escena, filma con agilidad Meyers secuencias, dialogos, gestos y situaciones como con John Krasinski, Lake Bell o Caitlin Fitzgerald, sin perder nunca el referente de Historias de Philadelphia, intentando arañar señales del estilo mas clasico de la comedia romantica.
Retrato de historias de amor en la edad madura con hijos al fondo, con crisis de identidad sentimental congenita y que por lo visto suele aparecer alla por los 60. De repente, Meyers nos propone nuevas experiencias justo cuando pensabamos que el humo enfervorecido y vigoroso del tren del deseo ya no podia entrar en el tunel secreto del goce y del amor. Y yo que se lo agradezco oiga.
miércoles, 30 de diciembre de 2009
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