Como la pelicula de Mona Achache, el animal del titulo tiene pinchos por fuera y es suavisimo por dentro. Como Paloma, la niña de 11 años que interpreta Garence La Guillermie y que se dedica con su vieja camara a filmar a sus vecinos en una Rue del Percebe cultural. Son estos Josiane Balasko, mujer fracasada y portera de un antiguo edificio parisino dela zona alta, aparentemente vulgar mirando siempre teleseries y de la que la niña quiere descubrir su secreto; lo culta que es. Y llega el otro personaje, un nuevo inquilino, Togo Igawa, viudo japones, nada cortes ni finolis, que de repente endereza su vida, sin caer, como el filme que tampoco, en sensiblerias.
Un cuento moral que conecta con el espectador y que le plantea que la relacion con los demas exige primero una cierta relacion con uno mismo. La niña-erizo, superinteligente y con gran vida interior, decide dibujar y ejecutar su propio destino huyendo de un mundo familiar superado por la hipocresia, hasta el punto de pretender quitarse la vida. Compuesto por una madre desequilibrada y sumergida en barbituricos, un padre politico, cinico como algunos de ellos y una hermana que parece de otro planeta superior, Paloma decide no hundirse en una vida de mediocridad.
La elegancia del erizo es el exito literario en que se basa el film, obra de Muriel Barbery, profesora de filosofia, con la particularidad de que Mona ya empezo la adaptacion mucho antes de que triunfara comercialmente. Le intereso basicamente porque teoriza sobre el arte, la emocion y la inteligencia que dificilmente se someten a los canones sociales establecidos. Pelicula con individuos fuera de si mismos, que combina sin demasiado azucar, adolescentes inteligentes, fracasados cultos y estrangeros emocionalmente recuperables. Un film elegantemente dulce.
miércoles, 16 de diciembre de 2009
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