martes, 22 de mayo de 2018

Hannah

Una mujer mayor ha diseñado cuidadosamente una rutina que le permita esconderse de sí misma. Con anhelo, espera la llegada del cumpleaños de su nieto mientras asiste a clases de teatro para aficionados, trabaja como limpiadora o va a la piscina. Una mañana, acompaña a su marido a la cárcel para que cumpla condena por un crimen que ha cometido. Su vida comienza entonces, poco a poco, a desmoronarse. Pero la partida y el arresto la fuerzan a reconciliarse consigo misma. Segundo largometraje del joven director italiano Andrea Pallaoro (Medeas), con el que comienza una trilogía de películas centradas en una protagonista femenina, con una exposicion clara y sin misterios. El filme es un retrato del estado de ánimo de una mujer de avanzada edad atormentada por su propio sentido de lealtad y obsesionada por la decrepitud de su fisico y también paralizada por sus inseguridades, rutinas y dependencias. Después del encarcelamiento de su marido, de un crimen presunto y del que ella piensa que parte de culpa podia tener, su vida se tambalea entre la realidad y el rechazo, presionada por el desinterés que sienten sus hijos hacia ella y el castigo de sus propios recuerdos. Se trata de un personaje roto que investiga y se cuestiona su propia identidad con un resultado muy íntimo y doloroso. Charlotte Rampling (austera y grande como siempre)ganó la Copa Volpi a Mejor actriz en el Festival de Venecia 2017 tras ponerse en la piel de esta solitaria protagonista. La acompañan en este film, que aborda la alienación de los ancianos, el problema para conectar y las líneas divisorias entre la identidad individual, las relaciones personales y las presiones sociales, André Vilms (Sácame de dudas) o los debutantes Stèphanie Van Vive y Simon Bisschop. 

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